Foto por Dominic Clark
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Siempre que estoy en un lugar calmado, mi mente empieza a divagar. A veces empiezo a pensar en las cosas que veo a mi alrededor, cuando me vengo a dar cuenta, termino pensando en algo nada relacionado como agujeros negros. Eso es bueno, dejar a la mente divagar y relacionar ideas aparentemente sin relación es interesante. A veces hago una retrospectiva mientras divago e intento recordar como es que llegué a pensar lo que estoy pensando(suena extraño, lo se). Aprendo de mi, aprendo como relaciono ideas, una tras otra.
Algo que he aprendido, es cuando dejar a la mente divagar. Por que, para mi, la concentración es muy importante.
Cuando estoy abordando una de mis tareas clave, esas cosas por hacer grandes, complicadas y que requieren de una gran energía y tiempo de mi parte, en esos momentos no permito a mi mente divagar. No la dejo pensar en otra cosa que no sea en lo que estoy haciendo, eso es la concentración. Por que es muy fácil pensar en otra cosa, incluso lo hago cuando leo, me pasa que tengo que leer el mismo párrafo más de una vez por que estaba pensando en otra cosa cuando mis ojos pasaron por sobre esas lineas.
Es por eso que elijo mis momentos para divagar, y mis momentos para concentrarme.
El concentrarme me permite hacer más y mejor, lo que sea que estoy haciendo o creando en ese momento. En cambio, divagar me permite relacionar ideas libremente, cuando divago es cuando se me vienen esas ideas geniales que termino plasmando como entradas en frescodesayuno, son mis momentos más creativos. Claro, cuando divago no puedo hacer algo que requiera concentración por que terminaré estropeándolo.
Así, cuando me voy a dormir, cuando estoy esperando por algo, cuando me estoy bañando o simplemente cuando me relajo. Le digo 'Basta' a mi cuerpo y le doy un siga a mi mente. Es libre para divagar cuanto quiera y descansar de esa constante concentración a la que tanto la someto a lo largo del día.
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