Deshacerse del «por si acaso»

Foto por Cristóbal

¿Cuantas cosas a tu alrededor podrías etiquetarlas con 'por si acaso'? Son esas cosas que guardas solo por si algún día podrías necesitarlas. Son esas cosas que están ahí 'por si acaso' se da la oportunidad en que realmente las necesites pero que, realmente, nunca llegas a ocupar.

Este tipo de cosas ocupan espacio innecesariamente, nos desconcentran porque al verlas inconscientemente pensamos 'ah, esto lo pongo aquí por si algún día lo ocupo'. Este tipo de cosas estorban y se meten en el camino de las que realmente ocupas.

Muchas veces, guardamos cosas que nos regalaron o que solo usamos una vez, solo por si acaso las ocupamos algún día. En mi caso, no suelo releer libros, no importa que tan buenos me hayan parecido o que tan inspiradores, así que por eso suelo regalar mis libros o intercambiarlos por otros. En el caso de muchas personas, suelen guardar libros porque se dicen así mismas 'Es un libro muy bueno, algún día lo volveré a leer' y, realmente, nunca vuelve a salir de su lugar en la estantería. Son pocos, muy pocos los que releen libros. Sucede con todo tipo de cosas. Desde herramientas de oficina, hasta cosas que ocupaste solo una vez para un proyecto. Están por ahí guardadas en tu casa juntando capa tras capa de polvo. Solo por si algún día las vuelves a ocupar.

No permitas que el 'por si acaso' invada tus hábitos u otras actividades. Comúnmente, cuando viajamos, empacamos muchas cosas 'por si acaso' y terminamos con una maleta (o dos) innecesariamente pesada. Antes de empacar cualquier cosa formúlate dos preguntas.

  • ¿Esto realmente lo necesito? ¿Es estrictamente esencial?
  • ¿Esto puedo conseguirlo en el lugar de destino?

Si aplicas este principio, verás que terminas con una maleta muy ligera con solo unos cuantos cambios de ropa.

Mira a tu alrededor. Intenta clasificar todas las cosas en tres categorías: uso diario, periódico y por si acaso. Todo lo que uses a diario, realmente a diario, colócalo a la mano. Donde puedas tomarlo y usarlo de inmediato. Lo que uses una vez o más a la semana, o un par de veces por mes. Guárdalo. Colócalo fuera de vista. Puedes poner todo eso en una cajonera o algún mueble. Y, por último, todo a lo que no le hayas dado un uso en los últimos 6 meses o guardes 'solo por si acaso'. Regálalo, dónalo o tíralo. Son cosas que realmente no ocupas y solo estorban. Si, realmente, algún día las llegas a necesitar, las puedes pedir prestadas por ahí.

Puedes aplicar este principio a tu lugar de trabajo. Comienza con algo sencillo, como tu escritorio. Al final, tal vez te des cuenta que lo único que utilizas a diario sea tu computadora, lo demás puedes guardarlo dentro de un cajón. Así tendrás un escritorio limpio y simple. Solo con lo justo para trabajar y concentrarte. Avanza poco a poco e intenta aplicar este principio a otras áreas, puedes seguir con tu habitación y luego tu toda tu casa.

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