Sobre licencias, propietarios, gente que sube fotos a Internet y otras menudencias

Foto por Sam Teigen
Cuando subo algo que cree con mi propia habilidad a Internet, este algo, esta obra inevitablemente tiene una licencia. Ya se le ponga yo o el servicio que utilizo para subirla o la misma constitución de mi país. Esta obra puede ser un texto (por ejemplo este artículo), una foto (por ejemplo la imagen que acompaña estas letras tiene una licencia), un vídeo de la fiesta de ayer que grabé con mi cámara o una canción. Aunque se haga casualmente, si esa obra la creaste tú, inevitablemente tiene una licencia.

Hay muchas clases de licencias, algunos sitios web facilitan el colocar estas a las obras que comparten sus usuarios. En el caso de Flickr, un sitio web para los que gustan andar tomando fotos, permite seleccionar el tipo de licencia bajo el que se publicará la foto. En tal caso, yo soy el dueño y según el tipo de licencia puedo permitir que otros también compartan el trabajo, lo usen a su gusto e incluso modifiquen la foto para crear algo nuevo. De la misma manera, puedo utilizar una licencia que no permita hacer nada de lo anterior, solo permita ver la imagen tal cual la presento.

Otros sitios web, como Facebook, no permiten seleccionar el tipo de licencia pero aun así se ven obligados a colocar una (ya sea por orden gubernamental o por un pleito pasado que tuvieron). En el caso particular de Facebook (que cambia sus términos y condiciones tan seguido como tú o yo vamos al baño), cuando publicas algo ahí, parte de los derechos son de Facebook, así que si publicas un chisme interesante que te contó tu suegra y Facebook decide vendérselo a Hollywood para hacer una película, no hay mucho que puedas hacer al respecto. Aunque, repito, esto no lo tomes al pie de la letra porque Facebook cambia sus términos demasiado seguido.

Como te decía, hay muchas clases de licencias, intentaré presentarte algunas, junto con sus restricciones y demás de manera muy ligera, si deseas saber más sobre cada licencia, te recomiendo leas esos largos documentos que acompañan cada una.

Una de las licencias más cómodas. Tanto para el creador de la obra como para quienes la disfrutan.
Todos los derechos reservados.
Es la clásica licencia que la mayoría de las obras tienen, además de que es la licencia que más demandas, peleas de gatos y otros problemas ocasiona. Gente que no sabe usar la computadora ha terminado en prisión por descargar música con esta licencia. En pocas palabras, esta licencia lo que hace es ponerle un candado cuasipermanente a la obra. No permite copiar, distribuir, compartir, crear algo nuevo a partir de, citar o lo que sea que se te ocurra. Lo único que permite es ver la obra, desde una película hasta un texto.

Creative Commons.
Es la licencia que en los últimos años han estado usando todos los autores y pequeños creadores de contenido (como yo). Tiene muchas variantes. Si le colocas una licencia de estas a tu trabajo puedes permitir que otros, a parte de ver tu trabajo y exclamar 'que bonito', distribuirlo con sus amigos para que ellos también exclamen 'que bonito', modificarlo, crear toda clase de variaciones de tu trabajo y venderlo a tu nombre. Debo destacar que puedes permitir cualquiera de las cosas que acabo de enlistar, una por una o todas a la vez. Así, hay personas que permiten la distribución libre e incluso la modificación de sus obras, pero no permiten que otros lo vendan a su nombre y están obligados a que esas nuevas obras derivadas tengan una licencia similar.

Otros utilizamos la versión más libre de estas licencias Creative Commons. Tomemos como ejemplo este artículo. Es algo que he creado y su licencia es CC BY 3.0, lo que quiere decir que puedes modificarlo, distribuirlo, venderlo (y quedarte con el dinero, no me lo tienes que dar a mí), entre otras cosas.

¿Qué no suena tan bien? Lo interesante de las licencias Creative Commons es que todas son de Atribución. Esto quiere decir que alguien más que tome tu trabajo, lo modifique, distribuye, comercialice con el o haga lo que se te ocurra, está obligado a señalar el autor original de esa obra. Siempre.

Uncopyrighted.
La licencia más liberal, la licencia de los valientes. En realidad no es una licencia, es una forma de liberar tu trabajo al dominio publico. Lo que quiere decir que si yo hago una foto y la publico de esta manera, cualquiera puede tomar la foto y hacerle lo que quiera. En ningún momento me tiene que señalar a mí, el autor, ni me debe nada.

Aunque suene increíble, hay grandes autores que liberan su trabajo de esta forma.

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