Foto por Cristóbal
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Para la mente no es sencillo encontrar coherencia entre los actos y las creencias. Es muy sencillo toparse con algún acto que nos parece horrible, encontrar a alguien cuyas ideas nos parecen disparates. Aun así tenemos que convivir con esas ideas, estar conscientes que cosas o actos que reprobamos ocurren todos los días.
Supongamos lo siguiente, eres un militar y tu jefe te ordena asesinar a tu compañero por que se sospecha que es un traidor. Es tu compañero, aquel con el que has convivido por tanto tiempo y sabes que el no es un traidor. Aun así lo matas. Esto conlleva a un conflicto interno conocido como disonancia cognitiva.
La disonancia cognitiva es la forma en que el cerebro se topa con dos actos dispares y contrarios, pero logra encontrar el equilibrio entre ellos para poder seguir viviendo y actuando.
La disonancia cognitiva suele cambiar nuestras ideas bajo una serie silogismos algo retorcidos para hacer coherentes nuestros actos y nuestras ideas. Así, cuando mataste a tu compañero militar, para reodernar la coherencia dentro de tu mente lo que haces es pensar que, tal vez, si fuese un traidor. Aunque antes pensabas firmemente lo contrario.
Esta es una de las razones por que a veces cambiamos de opinión drásticamente o nos sorprendemos con que nos gusta hacer algo que antes destetábamos.
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