Como aprendes cuando no puedes ver, hablar ni escuchar


Todos los días usamos nuestros sentidos para recopilar información del mundo que nos rodea. Una persona que carezca de cualquiera de los sentidos suele tener problemas para moverse entre la sociedad, en especial si le faltan 2 sentidos. Pero ¿Y si no pudieses ver, hablar ni escuchar desde muy temprana edad? ¿Cómo aprendes lo básico de la vida? ¿Cómo sabes quienes son tus padres o siquiera como es tu casa? Peor aun ¿Qué es una casa?.

A una edad temprana, los primeros meses al año de vida, el cerebro es una masa de neuronas y conexiones. Todo está conectado, todo el potencial para ser desde cantante hasta escultor y oficinista, todo está ahí. Pero todas estas conexiones requieren demasiada energía para poder trabajar así que el cerebro aplica un método brutal pero efectivo: Si no se usa, se desconecta.

Así es, básicamente nacemos con el potencial de ser todo, pero con el tiempo lo vamos perdiendo. O al menos así es desde un punto de vista neurológico. Es por eso que se dice que si introduces a tus hijos a la música desde muy temprana edad, serán grandes músicos en el futuro, es porque esas conexiones entre neuronas que si se usan se refuerzan y no se malgasta energía en otras.

"Básicamente nacemos con el potencial de ser todo,
pero con el tiempo lo vamos perdiendo"

Pero ¿Y que sucede si no puedes ver, ni hablar ni escuchar desde temprana edad? Todas esas conexiones se pierden. Puedes perder la habilidad de entender y comunicarte con el mundo.

Eso es lo que le sucedió a Helen Keller. El siglo pasado nació una niña como cualquier otra pero enfermó gravemente y perdió la capacidad de ver, hablar y escuchar desde los primeros años de vida. Sus padres no podían comunicarse con ella, saber lo que sentía o lo que necesitaba así que era un remolino de caos por toda la casa.

Así fue hasta que Helen Keller descubrió la maravilla del agua. Un día su tutora colocó las manos de Helen en el agua, dejó que ella jugara con ella y después deletreó las palabra 'agua' en la mano de Helen. Lo hizo una y otra vez hasta que comprendió que aquel extraño liquido que sentía correr por su mano se llamaba agua. Así fue como logró obtener información del mundo que la rodeaba. Siempre que tocaba, sentía algo nuevo con sus manos, lo llevaba con su tutora para que esta le deletreara en la mano el nombre de ese nuevo objeto.

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