Foto por Lorraine Daley |
Pero hay algo que me intriga más. Si la forma en la que percibimos el mundo es diferente en cada caso, esto quiere decir que cada quien arma su verdad en base a lo que todos sus sentidos son capaces de, bueno, sentir. Estas 'pequeñas verdades', por ponerle un nombre, forman un conjunto de algo más grande que algunas personas llaman cosmovisión.
¿Y que sucede con todo aquello que pasamos por alto y no logramos percibir? Simplemente no existe.
Tomemos como ejemplo la idea que ha estado atormentado a la humanidad por muchos años: El tamaño del Universo. Como yo, mi verdad, es que no puedo percibir un 'borde del Universo', entonces dicho borde no existe y por lo tanto tomo este gran espacio como infinito. Es como la verdad que reside en un niño pequeño haciendo berrinche y pataleando en medio de un centro comercial; para el niño no existe nada más que el, por lo que llora y de quien lo quiere conseguir. El resto de desconocidos que pasan por el lugar y lo ven hacer tremenda pataleta, no existen para el niño.
'Pero "La verdad" es que esas personas si existen' algunos me refutarían. Esa es tu verdad. Tu, siendo un observador de la escena, logras percibir todas las personas alrededor. Pero muy probablemente no logres percibir la razón de la pataleta. Y por lo tanto es normal que pudieses ver tal escandalo como innecesario. 'Pero existe, que no lo percibas es diferente' pero no podemos reconocer la existencia de algo a menos que lo puedas percibir. De ello se deriva ese famoso proverbio chino:
Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie para que lo escuche ¿Hace ruido?