Porque una escala real de dolor no tiene sentido

Foto por Cristóbal

Supóngase una escala real de dolor que va del 0 al 1, siendo 0 la ausencia total de dolor y 1 un dolor aplastantemente intenso —cabe destacar que estas descripciones son para motivos didácticos—, esta hipotética escala real de dolor es conocida por todos, algo cotidiano como saber lavar los platos, y es una herramienta de diagnostico precisa. Así, alguien puede ir al médico y decir que le duele el estomago, ¿qué tanto? digamos que 0.4. Ya no es el clásico 'me duele nada, poco, mucho y tengan piedad y mátenme ya'.

Esta escala fue tomada de un igualmente hipotético ser humano ideal, porque cada persona tiene una escala de percepción. Esta escala de percepción varía entre individuos y denota que tan sensible es uno a los estímulos de los sentidos, en otras palabras, a los estímulos nerviosos, entre ellos el dolor. Esta escala de percepción puede ser menor que 1 para personas no muy sensibles y mayor que 1 para personas extremadamente sensibles. Así, alguien que suele tener molestias por los cambios repentinos de luz podría tener un 2 en esta escala (el ser humano ideal tiene una percepción de 1). Ahora, cuando ambas escalas se juntan nos dictan que tan sensible o resistente es uno al dolor. Si tal individuo siente un dolor de 0.4 pero su escala de percepción es de 3, quiere decir que ese dolor lo percibirá como algo realmente intenso, será un dolor inhabilitante. En cambio, ese mismo dolor para una persona con una escala de percepción de 0.8 será algo como un simple golpe accidental.

Una escala real de dolor no tiene sentido porque el dolor es algo personal, algo único en cada individuo. Así como no existen dos actitudes iguales, no existen dos dolores iguales porque no importa que alguien sienta como un dolor abrumador algo que tú sentiste como la cachetada de un mosquito. Lo importante es como lo percibe esa persona, no como lo percibe alguien más a través de otro individuo.

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