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Foto por Cristóbal |
Existe un fenómeno en mecánica cuántica conocido como entrelazamiento. Este es uno de esos descubrimientos en el campo que suena inverosímil, a ciencia ficción y prácticamente imposible. Aunque personalmente me lo creo porque existen argumentos lógicos detrás de ello (argumentos matemáticos, más que nada).
En el entrelazamiento cuántico dos partículas más pequeñas que los protones y neutrones, se enlazan de tal manera que la primera 'siente' lo que 'siente' la segunda. Sin importar la distancia que las separe. Así, si yo le pego a una partícula, la otra va a sentir el dolor. Es como dos botones que están separados kilómetros y kilómetros el uno del otro. Si yo aprieto un botón, el otro botón se verá también apretado. Y si lo suelto, el otro también será liberado.
Este fenómeno es el que se ha utilizado para teletransportar partículas (sí, la teletransportación dejó de ser ficción, al menos para las partículas).
Para teletransportar algo (siendo este algo muy pequeño, nada de humanos ni cosas más grandes que un electrón) se coloca en una sopa de partículas, de las cuales, cada una está enlazada con otra partícula que se encuentran en otra sopa en otro punto del planeta. La sopa A, le llamaré, recibe el objeto a teletransportar y (no sucede como en la ficción) empieza a adoptar la información y el estado de dicho objeto. Así, en la Sopa B, como está entrelazada con la A, termina adoptando la forma y estado del objeto, con lo que se tiene una partícula teletransportada.
No, esto no viola ninguna ley. Primero, porque no se crea nada, la partícula en la sopa A 'es tragada', no se clona en la sopa B. Y segundo, no se viola la afamada ley de Einstein en que ningún objeto puede viajar más rápido que la luz porque, en realidad, nada viaja. Ningún objeto se movió de su lugar. Lo único que se copió fue información. Eso es lo que hace el entrelazamiento, simplemente es información.
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