Foto por Richard Boland
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Aunque los televisores de hoy en día ya ponen su propia pantalla cuando uno sintoniza un canal inexistente, todavía recuerdo cuando las no tan viejas cajas grandes y anchas hacían un ruido sin sentido y aparecía una serie de puntos blancos y negros moviendose a gran velocidad por la pantalla.
Esa imagen y sonido no es al azar, en realidad estás sintonizando el Universo.
Hace unos cuantos años, dos científicos de un laboratorio hasta ese entonces desconocido, de nombre Bell, decidieron montar la antena de microondas más grande de todas. Cuando la pusieron en funcionamiento lo único que detectaron fue ruido. Al principio pensaron que era interferencia debido a las aves que habían visto la antena muy acogedora y decidieron quedarse a vivir por ahí. Cuando los científicos limpiaron la antena, siguieron recibiendo la misma señal.
Radiación de fondo de microondas. El remanente de los primeros instantes violentos del universo. |
Lo que no sabían es que habían descubierto la radiación de fondo de microondas. Si, esa imagen que ves justo arriba es el remanente del Big Bang. Pobla todo el Universo y sus pequeñas variaciones son lo que permitieron el desarrollo de las galaxias. Estas microondas son similares a las del horno en tu cocina, la diferencia es que estas no cocinarán un pavo a más de 3 grados por encima del cero absoluto(un pollo así de frío no sabría muy bien, si es que puedes superar la dificultad de morderlo).
La antena de los televisores detectan las débiles ondas remanentes del espacio cuando sintonizas un canal inexistente, así que en vez de maldecir ese sonido, la próxima vez analizalo un poco, y sonríe, que de ahí venimos todos y todo lo que ves a tu alrededor.
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